Amiram

Amiram

Ejemplo de amiramAmiram
Los amiram son unas entidades físicas que aparecen en la tercera temporada de Tierras de Esperanza, y son retroactivamente canon en la historia del mundo de Ma'keli. A diferencia de los hadar (que no tienen un origen sumamente dicho) o los Ayshane (que fueron creados por el guardián caído) los amiram fueron creados por Aksa con el fin de crear una sinergía con los hadar y proporcionarles una estructura en el plano real que se replicaría, a su vez, en un plano totalmente paralelo conocido como plano hadar. Así pues, amiram y hadar dependen unos de otros para coexistir (los amiram necesitan de la energía hadar para existir y, a su vez, los hadar necesitan que los amiram mantengan su plano, como veremos más adelante).

CARACTERÍSTICAS BÁSICAS

Los amiram son criaturas cuya representación está atada a elementos físicos de la realidad. Representan la naturaleza, los objetos corpóreos, y la realidad misma. Es decir, todo lo que comprenda el mundo real. En general, detalles que se saben y se pueden tocar. A diferencia de los hadar, en su gran mayoría NO se encuentran asociados a ninguna constelación, ya que su energía proviene parcialmente del plano mismo, de la magia del mundo, o de los propios hadar. A su vez, dada su impresionante faena, son muchísimo más numerosos que los hadar, y su aspecto físico a veces puede llevar a confudirlos con animales de verdad.      

No hay que confundirlos con fantasmas, Asphir, minibots, espíritus de otras realidades (como invocaciones) o los propios emperadores de Berilos (Invocaciones BANDOG), así como creaciones mágicas o animales normales y corrientes.  ya que no tienen absolutamente nada que ver. Su forma física suele ser muy concreta y bastante animal, en muchas ocasiones representando la parte de la naturaleza a la que están atados. Puede darse el caso puntual que un amiram no siga al cien por cien esa norma, pero siempre tiene una justificación concreta. A diferencia de los hadar, los amiram no alteran su tamaño ni tampoco su peso.

Los amiram siempre mantienen la misma forma física a lo largo de los años. Es imposible que un amiram cambie a otra forma, salvo que su naturaleza le permita hacer eso por motivos meramente de supervivencia (como por ejemplo, amiram mariposa). Los amiram nacen en base a muchos hechos de la realidad: bien cuando se crea un río, se planta un árbol o se da cualquier situación tangible en la naturaleza... Por esa misma razón algunos amiram pueden aparecer por acción de Aksa misma en un punto concreto, o porque un hadar así lo ha ejercido en base a sus acciones. Por ejemplo, el hadar Praks creó, gracias al poder de sus rayos sobre los árboles, a Kāḷgiccu, amiram de los incendios forestales.

Son muy inteligentes. La mayoría pueden hablar, aunque algunos de ellos puede que solo conozcan el idioma animal por ironías del destino. 

La existencia de los amiram está atada a la naturaleza misma. Por lo general, cada amiram o grupo de amiram está atado a un elemento del que han nacido. Cuando dicho elemento fallece, bien de manera natural, o bien por acciones ajenas, el amiram en sí muere. También puede ser afectado de manera indirecta si dicho elemento sufre cambios graves. Por ejemplo, si un amiram está atado a un longevo árbol y este es infectado por la malobsidiana, el amiram de por sí también lo estará. Y, de la misma forma, cuando uno muere, lo hace para siempre: no se reencarnan, si no que respetan el ciclo de la vida como lo haría cualquier otra criatura.

Sus poderes están asociados a su elemento o zona, por lo que pueden ser o bien muy precisos o bien pueden ser derivados del mismo. Pero es imposible que un amiram de las hierbas pueda tener elementos de fuego. Es la norma. De hecho, son débiles inmediatamente al elemento contrario al que representan, y si no disponen de dicho elemento (o este es demasiado ambiguo) deben asociarse a otra debilidad cercana o elegir una muy fuerte al azar. Esto se debe a que siguen la norma de la balanza: los amiram representan las dos caras de una moneda, eternamente conflictivas, y no hay vuelta de hoja.

Por último, tienen una serie de limitaciones, la mayoría con bastante sentido:
  1. No pueden moverse al plano hadar.
  2. Son bastante frágiles físicamente, en contraposición a sus poderes naturales, que son bastante más poderosos.
  3. No pueden alejarse demasiado tiempo de la región en la que se encuentren asociados. Cuando hablamos de regiones hablamos de terrenos muy ámplios (Como, por ejemplo, todas las Viejas Tierras).
  4. No pueden saber lo que está pasando más allá de su región, no pueden saltar a esa región por su cuenta. 
Las dos últimas limitaciones son anuladas parcialmente cuando se asocian con un Ayshane: los amiram pueden permanecer más tiempo en una región que no es la suya, pese a que no pueden sentir nada de ella, y en cualquier momento su compañero/a les puede devolver a su región original a la espera de llamarlos de nuevo.

SUS FUNCIONES ADICIONALES

Las responsabilidades de los amiram difieren muchísimo de la de los hadar. Como estos últimos no están siempre pendientes de lo que ocurre en el plano real, nuestros amigos hacen la función de 'alarma' o les mantienen al día. Pueden avisar tanto a los hadar que conozcan como a los ayshane a los que están vinculados, así como a otros invocadores. Tienen el deber, en términos generales, de proteger aquello a lo que están asociados o ayudar al resto de sus camadaras. Sin embargo, y a diferencia de los hadar, los amiram tienen bastantes dificultades para desplazarse a lo largo y ancho del planeta, ya que tienen que hacerlo por medios propios.

Por eso mismo, muchos de ellos aprovechan que están enlazados a un ayshane para que los invoque y puedan ir, inmediatamente, al lugar donde se encuentra su compañero/a. De la misma forma, se conoce un objeto, llamados 'silbatos' , que ellos mismos entregan a una persona que no tiene poderes de invocación ayshane para que les llamen en cualquier momento. Cuando los usan, el amiram aparece ahí de manera obligada, y una vez terminan sus acciones, regresan de nuevo a donde se encontraban justo antes de ser llamados.