Reino de Isla Fragmentada (también conocida como "Atlántida", "Atlantis" o "Isla de las maldiciones") es un conglomerado de islas que se encuentran en la parte norte del continente Nairutya. Es conocida mundialmente por tres motivos: por disponer del récord mundial de razas autóctonas altamente peligrosas, por ser la región donde existe las gentes originarias de la maldición Wendydog y por ser una región muy abierta en relaciones sentimentales, entre otros muchos otros motivos. Actualmente se encuentra dirigido por las reinas Vaitiare, Kekoa y Maylea, tres espíritus que se encargan de velar por el bien de la región descendientes de la reina Haiwa. A sus gentes se les conoce comúnmente como "Atlantas". La moneda de la zona es "Lanthia", £
DESCRIPCIÓN GENERAL:
Isla Fragmentada es una región rodeada de agua. Formada por tres islas grandes y, a su vez, varias pequeñas que funcionan a modo de islotes, se encuentra al lado de Qurone, en el centro de los "Tres Mares" (Kalani, Abisai y Moah). Es un terreno de un tamaño aproximado a Viejas Tierras (17800km2 de terreno, sin contar el agua) cuyo acceso en barco es casi imposible: los tres mares generan corrientes marinas hacia el interior, formando un triángulo alrededor, lo que dificulta la salida y entrada de la zona. Solo se puede hacer en días concretos. Por esa misma razón se suele salir en avión o en cualquier otro medio que permita desplazarse por aire, único medio que garantiza llegar sano y salvo. Lanzarse a los tres mares es garantía de que alguien pueda llegar a morir. El gobierno pide que nadie cometa semejante temeridad.
Antaño, Isla Fragmentada se la conocía como Atlántis. Las acciones de Arceus provocaron la fragmentación del terreno en varios pedazos (Ver, más abajo, "Historia). La tecnología y la magia han permitido, en parte, unificar dichos terrenos gracias a teleféricos que conectan los islotes más pequeños con los tres más grandes, creados mediante el alzamiento artificial de grandes trozos de terrenos marinos para fabricar, de manera forzosa, puentes que unifiquen las varias zonas que quedaron divididas tras el impacto de Arceus. Con el tiempo las numerosas partes se quedaron unificadas hasta el día de hoy, en el que solo existe un gran fragmento de terreno en el centro y dos a los lados, que funcionan a modo de satélite. En el centro de la isla grande se encuentra la antigua ciudad que era originaria de los Wendydog (Ver, más abajo "LOS WENDYDOGS Y LOS CAZADORES DEL TÓXICO") a la que solo se puede acceder con supervisión si no se tiene el don Wendydog.
El resto de islotes más pequeños no suelen dar para mucho. La gran mayoría tienen espacio para unos cuantos bloques de piso, unas tiendas, y algunos terrenos de cultivo sueltos. Se comunican mediante impresionantes redes creadas por teleféricos (Más abajo, "Tecnología") unificando así la región entera bajo un mismo paraguas. La acción de los tres espíritus reina protege la isla de calamidades como tormentas tropicales o inundaciones.
La zona está declarada como un lugar de peligrosidad de grado 3. Es la región de Ma'keli con mayor número de criaturas venenosas por metro cuadrado. Aunque suena escandaloso y asustadizo, son muchos menos de los que uno cree, pero se pide la precaución a toda la ciudadanía si van a salir al exterior, a terreno abierto, para evitar tener accidentes. Isla Fragmentada dispone de sanidad pública y educación abierta y actualmente es la región de Ma'keli con mayor número de híbridos entre su población (Hasta un 73%). Actualmente tienen una población estimada en 3,5 millones de personas.
HISTORIA:
Bandera actual de Isla Fragmentada Lo más lejano que se sabe de Atlántis transcurre en el año 12200AGO, cuando solo era una isla de tribus autóctonas que no había sido aun recibida por nadie. Si bien era bastante accesible, el hecho que se estuviera aun cartografiando el planeta hizo que pasara desapercibido durante mucho tiempo. Las tribus permanecieron viviendo dentro del ecosistema de Atlántis durante muchos años, y lo continuaron haciendo durante al menos dos mil doscientos años más. La zona les proporcionaba todo lo que necesitaban, y la escasez de enfermedades hacía que la población se mantuviera sana. Si bien la mayoría eran Pokken, también acabaron mezclándose Dynsiarc con el paso del tiempo.
Para el año diez mil se produjo el primer contacto con el continente de al lado. Los atlantas conocieron a los elfos de Daksina, mucho más avanzados en magia y en tecnología. El impacto cultural no se hizo de esperar, y si bien al principio parecía que los elfos tuvieron un poco de cuidado al tratar con los autóctonos, a la larga ese movimiento educado se acabó disipando. Doscientos años más tarde, la conquista empezó a ser patente, con los elfos destruyendo gran parte de los terrenos y esclavizando a las gentes de Atlántis. Si bien vinieron mencionando que iban a traer civilización, a la larga acabaron descubriendo que, en realidad, venían buscando un legendario material conocido como la "molécula de dios", un producto que los antiguos y desaparecidos Athyanos utilizaban en sus creaciones y que desapareció con ellos.
La conquista fue realmente más fácil de lo que uno se creería. Los elfos habían traído enfermedades que los Atlántas no eran capaces de hacer frente con sus debilitados sistemas inmunes, por lo que uno tras otro todos fueron cayendo, dejando desprovistos de armas y guerreros a los autóctonos. Durante cientos de años los Daksianos intentaron encontrar, por activa y por pasiva, la famosa molécula, pero jamás llegaron a encontrarla. De los autóctonos quedaron pocos y los descendientes de los mismos sufrieron el mismo destino que sus progenitores. La situación duró durante, al menos, quinientos años. Fue en el año 9200 cuando se produjo un primer contacto con los elfos de Sanklure que, curiosamente, estaban mucho más interesados en la posición estratégica de la isla (para apoderarse de Tundra Eterna) que en las gentes de allí. Unas cuantas reuniones secretas permitieron conseguir un buen trato con los descendientes de las tribus originarias: a cambio de sacarse de encima a los elfos de Daksina, los Sanklurianos podrían pasar de largo por Tundra Eterna.
La guerra que tuvo lugar no fue demasiado conocida. Los Daksianos ya no estaban demasiado interesados en las tierras por lo que, a la que vieron que estaban siendo superados en número, decidieron dar media vuelta e irse por donde habían venido. Los atlántas no tan solo consiguieron su libertad, si no que además se quedaron con algunos de los conocimientos y tecnología obtenidos a través de los elfos daksianos, lo que les permitió avanzar hacia una sociedad más uniforme. La mezcla de sangres supuso un pequeño problema de racismo que se expandió entre ellos y acabó dividiendo la isla en dos.
Fue el pacto con Sanklure lo que terminó de unificar las divididas gentes. Hubo una reorganización en la sociedad que culminarían con la llegada de la reina Maylea, el primero de los tres espíritus que se encargarían de proteger la región sin intervenir demasiado. Sin embargo, el pacto con los sanklurianos terminó haciendo más mal que bien. Ciento ochenta años más tarde, los ciudadanos de atlántis, mejor armados y capacitados para el combate, decidieron devolver la jugada a Daksina. En el año 7890 se produjo una guerra contra los elfos que terminaron perdiendo. Ante la derrota, Daksina se vio forzada a pactar con ellos la paz. Aquello supuso la obtención de la segunda de las reinas, llamada Kekoa.
Expansión y crecimiento
Para el año 6500AGO las gentes de Daksina comenzaron a expandirse por el mundo. Poco a poco empezó a venir gente a través de mar y aire, y la mezcla de sangres supuso una mejora en la salud de sus ciudadanos, que evitaban enfermar y morir de muchos de los virus más comunes que habían por el mundo (pillar una gripe podía ser un auténtico dolor de muelas). Los primeros problemas de la isla vinieron con los cambios climáticos. En el año 3400 un enorme tifón arrasó con gran parte de la infraestructura. Sus ciudadanos, gracias a lo aprendido con el tiempo, habían desarrollado nuevos hechizos y magias para poder terraformar la zona y reconstruirla. Sin embargo, nadie les preparó para la Magicka.
En el año 1290 la magicka atacó. La mayoría de los atlántas, que tenía dones mágicos, acabó enfermando y muriendo. La merma de la ciudadanía vendría en conjunto con lo que ocurrió en el resto del mundo, cuya catástrofe se contabilizó por millones de muertos. Para Atlántis ese golpe tuvo la rematada por parte de Daksina, con los que llevaban casi cuatro mil años de paz y tranquilidad. En el año 1280 los daksianos rompieron el pacto y volvieron a atacar con fuerza, llevándose por delante la isla entera y conquistándola de nuevo. Atlántis se mantuvo ocupada por los daksianos, de nuevo, durante seiscientos años. En el año 490 recibirían la ayuda de alguien inesperado.
Arceus había iniciado su guerra por todo el mundo, asegurándose que en todas las partes posibles los pokken eran liberados. Y Atlántis no fue una excepción. De hecho era, precisamente, el terreno nativo de su esposa, por lo que al llegar allí y encontrarse el panorama Arceus no tuvo muchos problemas en liberarlos. Los propios ciudadanos de atlántis se comprometieron a garantizar todos los derechos humanos a los pokken a cambio de ser liberados de los daksianos. La respuesta del dios, si bien fue positiva, no fue de gran ayuda para los atlántas. Los daksianos, que se esperaban una respuesta posible, atacaron con un último as bajo la manga: La maldición Wendydog (Ver, más abajo, "Los Wendydogs y los Cazadores del Tóxico")
No contentos con un problema que empezó a volverse importante y grave de carácter nacional, los atlántas tuvieron que hacer frente a otro problema: la ira del propio Arceus, que decidió acabar con ellos. Su poder y su furia acabaron por partir la isla en varios trozos, destruyendo para siempre la existencia de atlántis, así como la de la mayoría de los monjes coristas, que se vieron convertidos en los cazadores del tóxico (Ver, más abajo, "Los Wendydogs y los Cazadores del Tóxico"). Ante la situación las gentes de Avanor, que habían ayudado a Arceus a terminar de liberar a los pokken, decidieron intervenir. Si bien no pudieron solucionar ninguna de las dos maldiciones, prefirieron prevenir futuros ataques ahora que la situación era delicada para todos. Así pues se logró un segundo pacto con los daksianos, si bien con algunos detalles, como por ejemplo que estos no tendrían acceso a la sanidad pública de la región ni tampoco a su educación. Estas limitaciones desaparecerían en el año 50AGO y en el año 27DGO se empezó a estudiar el uso de la lengua élfica en los principales ministerios. Con este pacto, llegaría la tercera de las espíritus que co-gobernarían la región con las otras dos, la reina Maylea. Estas, decididas a proteger a sus ciudadanos, crearon los tres mares y, parcialmente, aislaron a sus gentes dentro, que necesitaban tiempo para curarse y arreglar todos los problemas que tenían.
Perrin La reconstrucción de la isla comenzó en el año 448. Gracias a la ingeniería que disponía la isla y la industria del ladrillo, se terraformó gran parte del terreno para poder unificar de nuevo la región, ahora llamada "Isla Fragmentada" por votación popular (se había decidido someter a votación el nombre del futuro país). Sin embargo, durante la reconstrucción se empezaron a ver los estragos de los Wendydog. Debido a la situación extrema de la región se construyó una zona en el centro para tenerlos encerrados allí dentro hasta encontrar una posible cura. A esa zona la llamaron "Perrin" y permaneció aislada y bloqueada del resto de la región. Permanecieron aislados hasta el año 350AGO. Una revolución militar terminó por hacer que los militares de la ciudad se opusieran al gobierno de las tres reinas y liberasen a toda la gente confinada, causando un daño mayor. El gobierno, con ayuda de gente que disponía de grandes dones y que actuaban a modo de vigilantes, logró contener el impacto que supuso semejante gesto, pero terminaría por desmantelar las fuerzas militares.
Fue entonces cuando se decidió que la región podía protegerse con ayuda de la ciudadanía y no con gente que estuviera únicamente especializada en proteger y servir. Se crearon así los 'Äpua y todo lo que vino alrededor, convirtiéndose en el primer país en tener a superhéroes para proteger la región gracias a la idea de una de los gobernadoras del país y de su afición a los cómics de superhéroes. El impacto que tuvo aquello fue tremendamente positivo: descendió la criminalidad y el gasto que suponía mantener un ejército, y la gente quedó mucho más satisfecha. Para el año 300AGO ya se había terminado tanto la reconstrucción como la formación de varios grupos 'Äpua.
Pero con el paso del tiempo, la ciudad interna comenzó a crecer de manera desproporcional. Conscientes que no podían tener a los malditos atrapados tantísimo tiempo, se empezó a investigar, junto con los daksianos, una cura. Dicha cura llegó en el año 250AGO, en forma de pulsera. Dicha pulsera bloqueaba la posibilidad de infectar a otros y convertirlos en monstruos, por lo que se empezó a liberar a la gente con el compromiso de que no se la quitarían jamás mientras estuvieran de puertas para afuera. Sin embargo, el acceso a la parte interior siguió bloqueado hasta el año 50AGO, en el que se empezó a permitir acceso controlado bajo supervisión.
CULTURA:
Las tres reinas Isla Fragmentada es una cultura abierta y laica. La existencia de las reinas no condiciona el pensamiento de las personas que viven allí. Las religiones están bien aceptadas siempre que no incumplan los derechos humanos básicos que se firmaron alrededor de todo el planeta, garantizando así la existencia y convivencia de todos los seres vivos. El idioma común es el básico, pero se acepta también el cantarés como lengua vehicular. Por motivos históricos no se acepta la lengua élfica como lengua oficial (Se puede hablar, pero no utilizar en documentos oficiales), si bien actualmente se está trabajando para incluirla también dentro de todas las opciones actuales que tiene Isla Fragmentada y poner fin a años de conflictos con la ciudadanía élfica.
Sin embargo, bien es cierto que la adoración a dichas reinas condiciona su poder y, por ende, la protección de toda la región. En varias partes de la isla existen templos dedicados a Vaitiare, Kekoa y Maylea, donde la gente puede rezar. También es costumbre, a principios de año, dejar en dichos templos los "honores de fin de años": la gente escribe, en un papel, la mejor acción que creen haber realizado a lo largo del año pasado y lo tiran a un pozo de agua. Al final del día ese pozo absorbe todas las buenas acciones. Se cree que eso ofrece fuerzas reconfortantes a las reinas para poder aguantar el resto del año, si bien no hay nada confirmado.
Los templos son regidos por los Buddha. Se les considera personas importantes dentro de la sociedad. Son gente sin apenas pertenencias personales que viven solamente para servir a la gente, atender sus peticiones y escuchar sus penas y glorias. En ocasiones también ejercen de casamenteras y también pueden realizar uniones matrimoniales (que, en Isla Fragmentada, pueden ser de dos o más miembros). Cada uno de estos trabajos dependen de la reina a la que veneran: Vaitiare, la reina del trabajo y el esfuerzo y la superación personal; Kekoa, la reina del amor y la fraternidad o Maylea, la reina de la ciencia y el pensamiento libre. El cargo de Buddha es totalmente hereditario. No hay límite de raza para ser Buddha, pero hay que ser mayor de edad.
Uno de los motivos por los cuales se conoce a Isla Fragmentada es por su cultura abierta. No tan solo aceptan razas de cualquier tipo si no que también son los primeros en aceptar relaciones emocionales en bastantes grados. Es extraño encontrar familias formadas por dos miembros adultos y sus descendientes, por lo que lo normal es que haya una mezcla numerosa que ha desarrollado una gran cantidad de maneras de decir "papá" o "mamá" según el número de progenitores que existan. Es un tema que, de puertas para afuera, puede resultar extraño en incómodo. De la misma manera, muchos habitantes de Isla Fragmentada no entienden la necesidad de que las familias sean tan cerradas en el mundo exterior. Los asuntos y temas +18 son temas naturalmente bien llevados y culturalmente aceptados siempre que se sea mayor de edad y no se incumplan los derechos humanos.
En el campo de la educación destacan por usar el mismo sistema educativo que el de muchas otras regiones, distribuidos en varios centros educativos.
LOS WENDYDOGS Y LOS CAZADORES DEL TÓXICO
Flai'avuei, portavoz 'Äpua y Wendydog A Isla Fragmentada se la considera también la "Isla de las maldiciones" por dos graves problemas que arrastra desde hace poco más de quinientos años. A causa de los daksianos y sus acciones, algunos de los habitantes de la región tienen el desagradable don de los Wendydogs. Dicho don es una especie de maldición que hace que, al tocar a otra persona, criatura o ser de otra raza, esta se convierta en monstruo. La transformación no viene dada al momento, si no que los primeros indicios se dan a los quince días de haberse producido el contagio, por lo que es difícil rastrear el origen.
Una vez hecho el contagio, la persona debe ser aislada en un centro, donde monitorizan su transformación. La duración de dicho proceso es bastante largo, unos veinte días, y no es nada agradable. Los resultados son totalmente al azar, pero existe una alta probabilidad que la persona, aun con todo, conserve la mente (entorno al 90%). Existe un 50% de los casos que, aunque conservan su mente, les quedan trazas animales en su comportamiento. Un 13% quedan totalmente asalvajados y ferales. Un 1% muere durante la transformación.
La existencia de los wendydogs no tiene cura alguna, pero sí existen formas de evitar el contagio. La más importante es que el portador lleve una pulsera que evita que pueda contagiar a cualquier persona. Con dicha pulsera ya no existe la probabilidad que pueda maldecir a nadie con el roce, si bien aun existe un 50% de posibilidades que así ocurra en relaciones sexuales, razón por la que se pide el uso de preservativos. Los descendientes tienen un 13% de posibilidades de nacer de forma monstruosa si no se han tomado medidas de precaución. Si no, tienen un 50% de posibilidades de nacer con la maldición adquirida, pero no mostrarla hasta la adolescencia.
Por el momento no existe cura alguna para frenar la maldición Wendydog si se ha adquirido, lo que hace aun más difícil evitar su propagación. Por eso se pide extremar precauciones por parte de los miembros que lo tienen, e ir con sumo cuidado.
Los wendydogs pueden ser originales de cualquier raza. Los contagiados y transformados, a su vez, adquieren la capacidad de infectar, por lo que también deben extremar las precauciones y ponerse la pulsera con el fin de evitar dicho desastre. Sin embargo, para ellos, no son todo malas noticias (Si bien se agradecería no haber sufrido nunca semejante destino): los wendydogs son gente increíblemente resistente físicamente. Su piel se endurece casi como el diamante y apenas sufren daños o roturas de huesos. Se ha conocido casos de atropellos cuyos wendydogs han salido indemnes al daño. Además, es difícil envenenarlos, volviéndose resistentes a muchas enfermedades. A cambio, se vuelven relativamente débiles ante la magia y cualquier hechizo que retire maldiciones puede llegar a matarlos. No se ha encontrado Wendydogs afectados por la magicka.
Los cazadores del tóxico son la sinergía de los pokken cuyas características se pueden leer en
este enlace.
DESTACAMENTO MILITAR:
Símbolo de los `Äpua En Isla Fragmentada las fuerzas de seguridad más conocidas son, curiosamente, los ʻÄpua.
Dadas las circunstancias históricas que se dieron en la región, desde el año 473AGO no disponen de una fuerza de seguridad unificada como tal. En su lugar existen los ʻÄpua: grupos de civiles con extraordinarios dones que sirven como 'vigilantes' en el país. Los ʻÄpua están reglamentados y existe una organización, el Kula, que se encarga de organizar los ʻÄpua. Cuando un grupo de personas quiere formar uno debe presentarse ante el Kula. Una vez han pasado una serie de pruebas mínimas psicológicas y de demostración de poderes se les da licencia para regir sobre la ciudad. Los ʻÄpua tienen la misión de velar por el bien de la zona. Si un grupo de ʻÄpua resulta problemático se lo lleva ante el Hala, formado por las siete baronesas y el portavoz. Si el Hala considera que el ʻÄpua ha cometido un delito y ha roto las normas, sus miembros pasan a prisión.
Para evitar problemas, los ʻÄpua se distribuyen por turnos y sectores de la ciudad. Un grupo de ʻÄpua no puede actuar en otro sector distinto al suyo, salvo que otro grupo les autorice por los canales oficiales por motivos excepcionales y de apoyo, así como actuar fuera del horario que se le ha establecido. Algunos miembros del grupo suelen sentirse tentados a actuar durante todo el día, pero el líder del grupo es quién tiene que velar porque esto no ocurra y ayudarles a diferenciar su vida privada de su vida como vigilante. Además, para evitar confrontaciones, los miembros de los grupos no pueden revelar sus identidades reales. Tienen que operar con otras, las cuales quedan registradas ante el Kula y, a su vez, no pueden alterar su falsa identidad.
Es bastante habitual que un miembro de un grupo ʻÄpua se desplace hacia otro. Esto es totalmente válido, pero deben de ser informados. Además, los grupos de ʻÄpua tienen que ser un mínimo de cuatro y todos tienen que operar bajo un mismo horario y sector. Esto se hace porque se sabe, de sobras, que los grupos de superhéroes suelen ser muchísimo más efectivos cuando actuan en grupo que cuando lo hacen de manera individual. Por último, un ʻÄpua debe estar identificado como tal con una capa o un símbolo de su grupo que permita saber de qué grupo es.
Para entrar en un ʻÄpua hay que cumplir varias condiciones: Ser residente de Isla Fragmentada por al menos tres años, ser mayor de edad y disponer de dotes que te permitan aportar algo al grupo. Un miembro puede salirse de un grupo si lo requiere, pero todos sus movimientos de entrada y salida se van registrando. El resto de grupos tienen derecho a solicitar información de dicha persona, para coomprobar que no va probando aquí y allá o que no es problemático.
Para la población, los ʻÄpua son casi como una segunda religión. Por un lado, este especial destacamento militar tiene la presión de quedar bien y operar sin causar estragos, o al menos dar con una buena respuesta a los problemas. Mientras tanto las gentes de Isla Fragmentada les honran con algunos festivales.
INGRESO EN LOS 'ÄPUA
Entrar en los ʻÄpua es prácticamente como una bendición y las pruebas a las que se someten son tan duras que es complicado que alguno las supere. Constan de tres fases y en la primera de ellas ya existe la "Semana del infierno", donde a los aspirantes se les somete durante cinco días y medio a condiciones muy extremas con apenas 4 horas de sueño, desmotivación psicológica y agotamiento físico y mental para comprobar quién puede llegar. El 60% dimiten pronto, otro 37% lo hace más adelante y, del resto, solo uno de cada cuatro aspirantes logra pasar a la siguiente fase. En dichas pruebas ha llegado a morir candidatos. Graduarse en los 'Apua es parecido a graduarse en los SEAL.
Si no se tiene poderes ni habilidades es absolutamente imposible entrar en el destacamento de acción de los ʻÄpua, pero puede tener números de entrar en el destacamento de policía. Dicho destacamento opera a un nivel menor: Son policías que se dedican simplemente a velar por el transporte público, las carreteras, el tráfico marino, aéreo, y se dedican en ocasiones a resolver crímenes en segundo plano, pero nunca operan directamente en la zona de acción. Esa parte es únicamente para los ʻÄpua.
En los últimos años ha habido una cierta tensión entre las dos mitades, con los ʻÄpua y sus humos un poco subiditos.
TECNOLOGÍA:
Los teleféricos. Hasta 12 personas. A pesar de las apariencias, Isla Fragmentada destaca por tener una tecnología parecida a la de la vida real entre finales del 1999 y principios del 2000. Los móviles y los ordenadores, así como internet, están a la orden del día. Existe la electricidad y las máquinas, así como diversos medio de transporte público como autobuses, metro y tren que permiten desplazarse, dentro de la isla, entre diferentes puntos de la misma. Isla Fragmentada entró en el mismo consorcio de redes que Hemingway y muchas otras hace quince años y aprovecharon la tecnología ya creada para poder avanzar como sociedad. Esto supuso una increíble mejora en cuanto a sanidad pública y educación, así como el contacto con el exterior: la gente que se iba a trabajar lejos podía contactar con los suyos a través de email o chats, sin depender de teléfonos públicos creados para tal ocasión.
Sin embargo, en lo que sí destaca Isla Fragmentada es en su ingeniería flotante y capacidad de terraformación. Su gente desarrolló múltiples tecnologías y magias que permitieron modificar y alterar el terreno de las islas hasta un límite coherente con el fin de volver a unificar las tierras en lo máximo posible. Gracias a su ingeniería flotante se lograron desarrollar teleféricos muy potentes que permiten desplazarse de una isla a otra. Los teleféricos se comunican entre ellos mediante una impresionante red flotante, muy segura y resistente, creada mediante desvíos y varios sistemas de distribución que permiten conectar entre ellos e ir más allá que un mero transporte que va de A a B: en medio del recorrido pueden existir varios desvíos que desplacen una cesta de un lado a otro.
Además, los varios modelos de cesta y su impresionante resistencia permite que puedan mover criaturas de varias toneladas. Parece una tontería, pero gracias a este detalle se pudo transportar grandes cantidades de materiales desde la isla principal a las secundarias, así como a los islotes, sin tener que tirar de barcos o camiones. Las islas y los islotes también están comunicados por puentes. Sin embargo, es bastante poco probable que se usen, debido a las condiciones de la región que hace que la marea suba y baja de manera intermitente a lo largo del día.